¿Existe una forma de financiación distinta a la ofrecida por las entidades bancarias?
La respuesta es afirmativa, y además, esta novedosa financiación alternativa está ganando cada vez más adeptos, tanto entre empresas como particulares.
Tradicionalmente, los bancos han sido la fuente principal de crédito y financiación, lo que les ha otorgado un monopolio práctico en el mercado, con pocas variaciones entre las condiciones que ofrecen unos y otros.
Por fortuna, las entidades financieras ya no solo son bancarias, sino que existen diversas entidades financieras que ofrecen soluciones de financieras adaptadas a las necesidades de sus clientes. Lo que ofrece mayor libertad y flexibilidad a la hora de obtener financiación, permitiendo que la misma sea personalizada y ajustada a las necesidades de cada individuo o empresa.
1. ¿Por qué los bancos ya no son la única forma de financiarte?
Los bancos son organizaciones cuyo objetivo principal es gestionar el dinero de sus clientes y obtener rendimientos económicos.
El germen de estas instituciones se remonta al 2000 a. C., cuando los comerciantes de Fenicia, Asiria y Babilonia comenzaron a prestar granos a aquellos que lo necesitaban.
Es interesante destacar que esta práctica se desarrolló antes del uso del dinero tal como lo conocemos hoy en día.
Con el tiempo, el trueque fue evolucionando hasta que se establecieron el oro, la plata y el cobre como monedas. En la antigua Grecia y Roma se creó el concepto de banco público, que sentó las bases del funcionamiento actual de las instituciones financieras.
La digitalización del efectivo, que tuvo lugar después del año 1900, gracias al auge de las telecomunicaciones y la informática, supuso un cambio significativo en el sector bancario.
Las tarjetas de crédito y los cajeros automáticos fueron los primeros pasos hacia una revolución tecnológica sin precedentes.
2. Por qué surgió una alternativa a la financiación tradicional
Han sido diversos los motivos que animaron a desarrollar nuevas fórmulas económicas para trabajar, prestar y gestionar capitales.
Mientras los bancos seguían una política de concentración progresiva y sus clientes se mostraban insatisfechos, fue gestándose una alternativa de financiación con múltiples variantes. Sobre todo, proporcionaba agilidad, flexibilidad y una mayor aceptación del riesgo.
La coyuntura y el contexto de los últimos tiempos han contribuido a la diversidad de las entidades financieras.
La dificultad para acceder al crédito, las restrictivas políticas de tipos de interés y la falta de adecuación a las necesidades de los clientes han sido factores determinantes que han motivado al público a buscar otras posibilidades.
En paralelo, los emprendedores, prestamistas e inversores han creado nuevas propuestas de financiación alternativa. Así se ha consolidado una desintermediación bancaria que se ha establecido como una práctica habitual.
En líneas generales, se considera financiación alternativa a cualquier opción de financiación no dependiente de una entidad bancaria. Su diversidad y adaptabilidad la dotan de un gran atractivo e interés.
3. ¿Cuál es la mejor forma de financiación frente a los bancos?
Efectivamente, en el contexto de las instituciones bancarias, existen diversas opciones disponibles para las empresas o autónomos que requieren capital. Es importante destacar que cada opción se adapta de manera específica a las necesidades de cada caso.
En consecuencia, es posible encontrar un formato de financiación concreto ajustado de manera óptima a la situación de cada solicitante. Esta situación se debe a la innovación en el panorama económico y crediticio actual.
4. Algunas nuevas opciones financieras muy recomendables
La flexibilidad en los plazos y la menor exigencia de garantías son los atributos mejor valorados por los usuarios de esta nueva forma de financiación. En la última década, ha habido una tendencia creciente en la popularidad de estas opciones de financiación, lo que presenta una oportunidad ventajosa que te conviene aprovechar.
Entre sus opciones más interesantes y demandadas, se encuentran las siguientes:
– Factoring. Consiste en ceder tus derechos de cobro a un tercero a cambio de una comisión sobre su importe. De este modo, se puede adelantar el cobro de las facturas de manera anticipada y utilizar los propios activos para financiarse.
– Descuento de pagarés. Es una fórmula similar al factoring, pero aplicada a documentos de pago. Se ingresa el dinero antes de su vencimiento y, si se contrata este sistema sin recurso, se elimina el riesgo de impago.
– Venture capital o capital de riesgo. Dirigido a las start-ups, implica la incorporación de inversores externos en proyectos prometedores con posibilidades de rentabilidad futura. De este modo, se incorporan a la propiedad corporativa y venden sus participaciones cuando consideran oportuno para recuperar el préstamo aportado.
– Crowlending. Son préstamos otorgados por pequeños inversores agrupados para proporcionar una financiación masiva.
– Micromecenazgo o crowdfunding de recompensa. Un conjunto de personas se agrupa para hacer aportaciones económicas a un proyecto o empresa con la intención de obtener una recompensa, ya sea monetaria, física o emocional.
Como se puede observar, existen diversas alternativas de financiación eficaces a los bancos. Nuevas entidades financieras ofrecen soluciones diferentes que puedes aprovechar.
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